Bienvenidx a Con Lupa, la newsletter semanal de US NIUS. Con motivo del lanzamiento de nuestro nuevo noticiario, hemos movido el lanzamiento de la newsletter. A partir de ahora, Con Lupa llegará todos los jueves a tu bandeja de entrada. Hoy hablaremos de las relaciones entre Irán y EE. UU. en la Administración Biden, y de los problemas heredados en el ámbito de la disuasión nuclear.
Trump y el Plan de Acción Integral Conjunto
Irán y su programa de enriquecimiento de uranio fueron un tema central en el periodo electoral y la primera parte del mandato de Trump, hasta la salida del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA por sus siglas en inglés) en mayo de 2018. El cumplimiento de su promesa electoral trajo una nueva estrategia de sanciones económicas conocida como “máxima presión”, similar a la aplicada anteriormente en Corea del Norte.
Tras la salida del Plan, negociado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania con Irán (al que más adelante se uniría la Unión Europea), la República Islámica de Irán ha aumentado sus proyectos de enriquecimiento de uranio la planta de Fordow, y ha anunciado la modernización de las tecnologías en la planta de enriquecimiento subterránea de Natanz.
El proceso de enriquecimiento de uranio al 20% anunciado estaría por encima del 3,67% inicialmente acordado en el JCPOA y el aumento hasta el 4,5% anunciado en 2019. Mientras que unas medidas del 3-5% serían adecuadas en plantas nucleares comerciales, los nuevos proyectos de enriquecimiento al 20% se acercarían a proyectos de investigación nuclear, cercanos a proyectos de enriquecimiento de uranio al 90% empleados en la fabricación de armamento nuclear.
La presión de Irán sobre el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA), la institución verificadora del acuerdo, también se ha traducido en mayores límites a los inspectores presentes en el país, así como la eliminación de sellos electrónicos de control, según informa el Wall Street Journal. Las medidas de transparencia voluntarias aplicadas por Irán dejarían de implementarse a partir del 23 de febrero, en caso de no volver a la mesa de negociación.
Renegociar o presionar
El nuevo equipo del presidente Biden ya ha anunciado que las medidas económicas impuestas por Donald Trump continuarán hasta que se vuelvan a respetar los términos del acuerdo. La respuesta del Ayatolah Khamenei ha sido contundente: hasta que los Estados Unidos no eliminen todas las sanciones, no volverán a renegociar el acuerdo, una idea repetida también por su Ministro de Exteriores, Javad Zarif.
La vuelta a las negociaciones incluiría algunas caras conocidas. Robert Malley, el enviado especial para Irán elegido por Biden, ya tuvo un papel prominente a la hora de elaborar el acuerdo de 2015, y predijo gran parte de los problemas que traería un juego de sanciones sobre Irán en vez de una solución diplomática: mayor financiación de grupos terroristas, una aceleración del proyecto de enriquecimiento y mayores restricciones para los inspectores nucleares en el país.
El secretario de Estado, Antony Blinken, ya ha sido invitado a participar en el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea el próximo lunes (22 de febrero), con temas como Irán, China, Rusia y Turquía en la agenda. Javad Zarif ya expresó su deseo de incluir a la Unión como actor mediador en el conflicto, lo que otorgaría una nueva oportunidad de mostrar la capacidad diplomática del Servicio Europeo de Acción Exterior y de su Alto Representante, tras su polémico viaje a Rusia.
Además, el presidente Biden podría tomar las primeras medidas para remediar la crisis diplomática este mismo viernes (19 de febrero), aprovechando su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Dentro de la Unión, tanto Josep Borrell como Angela Merkel han expresado su preocupación con la ruptura de los términos del JCPOA.
Sensible al tiempo
La resolución de la cuestión de Irán en el menor tiempo posible podría evitar que un nuevo país consiga armas nucleares. Con las reservas adquiridas tras el anuncio de su nuevo proyecto de enriquecimiento de uranio al 20% y la adquisición de uranio metálico en Isfahán, el país podría tener en unos meses material suficiente para comenzar la fabricación de armamento nuclear. Los próximos informes sobre el desarrollo nuclear de Irán llegarían, según Scientific American, a principios de marzo.
El asesinato de Mohsen Fakhrizadeh, un físico involucrado en las actividades de desarrollo nuclear de Irán, y de Qassem Soleimani, líder estratégico del país, también han influido en el gobierno iraní a la hora de adoptar una postura más dura frente a la nueva administración, que todavía no ha logrado posicionarse de manera contundente sobre la cuestión nuclear.
Mientras que la retirada de las sanciones a Ansarallah y la vuelta a organismos como el Consejo de los Derechos Humanos de Naciones Unidas vaticinan un retorno al institucionalismo liberal anterior a la Administración Trump, la continuación de la presión económica y la falta de acciones sobre el JCPOA tras las transgresiones de Irán siguen agravando las externalidades diplomáticas de la presión económica.
Muchas gracias por leer nuestra newsletter. Si quieres saber más sobre el papel de Irán en conflictos regionales como el de Yemen, en nuestro anterior número de Con Lupa comentamos los movimientos de última hora de Mike Pompeo como Secretario de Estado. Y si quieres repasar los titulares que marcaron la semana pasada, puedes escuchar nuestro noticiario en formato podcast.