Vandalismo diplomático en Yemen
La última semana de Mike Pompeo y los obstáculos que ha puesto para Biden, con un resumen de la semana en US NIUS
Bienvenidxs al primer newsletter de US NIUS, Con Lupa, donde ofreceremos cada lunes una mirada en profundidad a un suceso que quizás se haya escapado del ciclo de noticias. En nuestra segunda entrega nos paramos en Yemen, el último objetivo de los giros diplomáticos del presidente saliente Donald Trump.
Pato (no tan) cojo
El 20 de enero finaliza el periodo de transición del presidente Trump a la nueva administración de Joe Biden, y con ello finalizan unas semanas de grandes giros de última hora en política exterior, calificados como “vandalismo diplomático” por el director ejecutivo del Comité Internacional del Rescate, David Miliband.
Desde US NIUS ya hemos hablado sobre los movimientos de Trump en Etiopía y en China (a través de Taiwán y Tíbet), pero estas semanas también ha incluido el final de la campaña de “máxima presión” sobre Irán, con sanciones a los intercambios del país en bienes clave como los medicamentos y el petróleo, y la ejecución del plan de Jared Kushner de normalización de relaciones entre varios Estados de la Liga Árabe e Israel.
A falta de unos días para la inauguración del presidente electo Joe Biden, el Secretario de Estado saliente, Mike Pompeo, ha añadido a Cuba a la lista de Estados promotores del terrorismo, y ha designado al movimiento hutí como grupo terrorista internacional.
Guerra y hambruna en Yemen
El efecto de las protestas de las Revoluciones Árabes de 2010 se hizo notar en Yemen a lo largo de 2011, forzando una transición de poder internacional para dejar el poder en manos de Abd Rabbu Mansour Hadi. La debilidad del país, tanto económica como institucional, llevó a una intervención militar en 2015 coordinada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, con Reino Unido como asesor estratégico, en nombre del anterior presidente Ali Abdullah Saleh. Tanto Estados Unidos como Reino Unido y otros Estados de la Unión Europea, incluyendo a España, han contribuido al conflicto a través de la venta de armas a la coalición.
La intervención estaba dirigida contra el movimiento Huzí o Ansar Allah (partido de Allah), una milicia chií apoyada por Irán que actualmente controla el 70% de la población del país. Dentro del territorio también cabe destacar la presencia de grupos ligados con ISIS y al-Qaeda, que comenzaron a operar en el país en 2011, según informa la Escola de Cultura de Pau. Además de estos grupos, EE. UU. también mantiene presencia militar en la zona desde 2019.
La presencia de grupos separatistas al sur del país también ha sido causa de mayor inestabilidad en Yemen, llegando a poner en peligro la coalición entre Arabia Saudí y UAE tras los ataques en Aden, en agosto de 2020. Estos grupos, apoyados por Emiratos Árabes, reclaman una vuelta al statu quo previo a la unificación yemení de 1990.
A causa de los enfrentamientos, entre los que se encuentran numerosos crímenes de guerra cometidos por todas las partes involucradas, la población yemení está sufriendo la mayor crisis humanitaria de los últimos 40 años, con más de 20 millones de personas dependientes de ayuda humanitaria, cinco de ellas en peligro inmediato de muerte por inanición, según informa Human Rights Watch.
Según UNICEF, 12’2 millones de niños requieren asistencia humanitaria, agravada por la llegada del COVID-19 al país en abril de 2020, el cierre de las escuelas entre abril y octubre, y las actuales tendencias del cólera en el país.
Palos en las ruedas
Tras la clasificación de Ansar Allah como organización terrorista internacional, efectiva desde el 19 de enero, se estanca aún más una guerra de casi seis años, con una coalición frágil entre Arabia Saudí y UAE que deja asomar el clivaje regional separatista dentro de Yemen. Las sanciones de Estados Unidos a Irán y sus lazos favorables con Arabia Saudí y Emiratos Árabes también contribuyen a ralentizar los esfuerzos diplomáticos por la paz dentro de Yemen.
El Servicio Europeo de Acción Exterior ha alertado de los efectos negativos que traerá complicar los lazos con Ansar Allah a la hora de entregar ayuda humanitaria a los más de 24 millones de yemeníes que la necesitan. Desde las Naciones Unidas, el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios Mark Locklow, al igual que el enviado especial a Yemen, Mark Griffiths, han criticado duramente la decisión. Desde la administración Trump se considera “un paso en la dirección correcta”.
Se cierra así un periodo de transición con una serie de desafíos diplomáticos para Joe Biden que incluyen desde su posición como garante de la defensa transatlántica, a través de la OTAN, hasta su papel como competidor económico con China tanto a nivel internacional como regional. Os dejamos con un fotorreportaje sobre la crisis alimentaria de Yemen realizado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas:
Y si te lo has perdido… La semana en US NIUS
Segundo impeachment contra Donald Trump.
Armin Laschet, nuevo líder del CDU.
Sacudidas internas en Italia y Países Bajos.
Se complican los comicios en Uganda.
Fallecen Pierre Cherpin, piloto en el Dakar, y Sergi Mingote, alpinista.